jueves

❝❞ ━: Sweet「 KuroKen 」


Las calles de Londres se habrían paso frente a él. Tan imponentes como los mismos edificios que parecían querer rosar el cielo por lo alto.
Kuroo siguió caminando. En su mente varios versos de poesía venían, y mientras caminaba a paso lento, quiso apreciar todo lo que a su alrededor veía. De repente se dio tiempo para escuchar las palabras que su mente no dejaba de repetir. ¿Esa clase de poesía, porque era tan descaradamente atractiva?
Las repitió una vez más en su mente y con un ligero movimiento de cabeza y una sonrisa en el rostro, quiso alejarlas. Siguió con paso lento, de pronto a sus fosas nasales vino el delicioso olor del chocolate recién preparado.
Se detuvo un segundo. ¿De dónde provenía tan exquisito olor?

En el camino se antoja,
para quitar el escalofrío,
una rica taza caliente,
de chocolate de barra.

Cruzando la calle una cafetería se presentaba frente a él. ‘COFFE SHOP’, una sonrisa se mostró en su rostro y dando vuelta se dirigió hacia aquel establecimiento.
La puerta se abrió y un sonido proveniente de él se escuchó, como los cascabeles que suenan en Navidad. Una vez dentro tomo asiento en una mesa perfectamente acomodada a lado del gran ventanal que daba vista a las calles de Londres.
Un suspiro salió de sus labios acompañados de una sonrisa mientras observaba el puesto de flores que había en la otra esquina paralela. Nuevamente versos de poesías vinieron a él, y con voz baja empezó a recitarlas sin apartar la vista de las rosas rojas que captaban su atención.

Y aunque con la caída del atardecer 
Todos la alegría es barrida, 
Y la rosa de los pétalos se unen como una 
Como reflejo de la luz de cualquier esfuerzo que pueda brillar a través de, 
El sol siempre lugar 
Y la rosa de los pétalos se eternamente ampliar 
Plenamente hasta que la flor en una asombrosa creación. 

—Que hermoso suena —Una suave voz lo saco de su ensoñación pensando en el rojo intenso de las rosas. Levanto la vista para disculparse y pedir un momento de privacidad.
Pero sin embargo de su garganta no salió palabra alguna, lo vista que se presentaba frente a él, era mucho más hermosa que la que tenía a través del gran ventanal. Mucho mejor.
Un muchacho de cabellera rubia, mirada dulce y labios rosas, estaba frente a él, apreciando las palabras anteriormente dichas. A Kuroo se le aceleró el corazón, era un pasatiempo realmente agradable presenciar la belleza que le ofrecía la vida. Pero solo en ese momento, solo hasta ese momento pudo verla de frente en un muchacho de rubios cabellos que brillaban con una gracia única que le brindaba la luz de esa tarde a través del gran ventanal.

— ¿Puedo sentarme? Todas las mesas ya están ocupadas. —Su voz era suave acompañado de una sonrisa tímida, y Kuroo solo pudo pensar…
“Tan dulce como un chocolate”

Con ademán decidido 
te tomé del escaparate,
pues me sentía atraído
por tu olor a chocolate.

—Claro —Vio detalladamente con que gracia aquel muchacho tomaba asiento frente a él mientras le regalaba sonrisas tímidas. Nuevamente Kuroo sintió perderse en ese hermoso par de joyas que ahora lo miraban sin pestañear.
—-Gracias por permitir que me siente aquí.
—No ha sido nada descuida —Una sonrisa se asomaba en su rostro, el muchacho se la devolvía con una timidez encantadora. Kuroo lo sabía, no se había equivocado. Esa mirada dulce solo demostraba lo dulce que también era el alma poseedora de tal belleza.
—Hace rato…esas palabras que dijiste… ¿acaso eres poeta? —La pregunta y las frases no terminadas le tomaron por sorpresa, sin embargo, no lo mostró, porque más que sorprenderse se mostró conmovido. ¿Así es como se sentía un profesor cuando su alumno se mostraba curioso por su clase?
Pues si lo fuera, se sentía realmente bien.
Las preguntas, las dudas, la curiosidad. Todo eso florecía a través de un chico rubio que parecía ser un ángel a primera vista.
“Realmente encantador.”
—Me considero más bien un romántico empedernido. ¿Gustas? —. El pequeño ángel solo asintió. Kuroo nuevamente sonrió mientras le servía una taza de chocolate caliente que ya mucho antes había pedido.
— ¿Romántico empedernido? —. Le preguntó mientras tomaba un poco del chocolate que le había servido con ambas manos con la misma dulzura de un niño de 5 años mientras susurraba “Delicioso”.
Kuroo sintió perderse en aquel movimiento, esos labios de pronto le parecieron más apetecibles que el chocolate que tenía en frente, mucho más que otras cosas. ¿A qué sabrían?
“De seguro tan exquisitos como el dueño”
Y una pequeña risita se escuchó sacándole de su ensoñación con los labios de aquel chico que ahora le regalaba una sonrisa de lo más alegre. Supo que se había quedado callada por unos segundos, y de inmediato trato de corregirlo.
—Así es, aquel que es más sensible que otras personas y está buscando siempre el amor y las situaciones ideales o perfectas —. Tomó otro sorbo de su taza y miro como aquel pequeño rubio demostraba fascinación por lo anterior dicho, así que prosiguió —: Aquel que ama la intensidad de la música suave y busca sentir la delicadeza de un beso —. Lo último lo había dicho tocando sus labios y no dejo pasar por alto que quien lo observaba expreso cierto rubor —. Eso es ser un romántico empedernido, y lo acompaño muy bien con la poesía.
—Entonces… ¿sueles expresarte mediante versos cortos, cierto? —. Kuroo asintió —. Entonces… ¿p-podrías recitar algo ahora? —.
A Kuroo le pareció la petición mas dulce que le había echo en toda su vida. Nunca había tenido problema con dedicar unos cuantos versos a las personas de su alrededor, pero que ese pequeño ángel se lo pedía con una timidez completamente inocente.
“Un alma realmente pura”

Maravilla reverencia, a la magnitud de la verdad,
de colores y sabores como el amor y libertad
asombroso a la incesante combinación
oh que memorable es tu perfección.

Y aquel pequeño puso toda su atención en él apenas empezó. Las palabras fluían de manera natural como siempre era, esta vez su vista se fijo en esas hermosas gemas y el sentido de sus versos cambio de dirección.

Cuando todo parecía, ser pura oscuridad
Tu sonrisa mostró una luz, difícil de ignorar
Una belleza infinita que en mi provocaría
Que nuevamente en mi vida me vuelva a enamorar

Dichas estar palabras supo que tal vez no hayan sido las más apropiadas, bajo su vista un tanto apenado, no quería incomodarlo.
—Lo lamento.
— ¿Por qué lo sientes?
—Tal vez me excedí en mis palabras.
—Bien dicen que los poetas solo hablan con la verdad, no deberías disculparte —Hizo una pequeña pausa—. Me pareció hermoso.
—Todo aquello que quiero expresar…—Soltó un suspiro—. Atrevido como ninguno suelo expresar lo que en el corazón siento, aunque sea difícil de creer lograste cautivarme a penas te vi —Sonrió—. Y ni siquiera se tu nombre.
—Te lo diré después, ahora solo sigue recitando para mí y por favor…no te contengas en nada.
Aquella invitación le pareció una dulce petición llena de encanto embriagador que Kuroo sabría aprovechar. Había conocido al chico hace poco, muy poco, sin embargo, todo en él le atraía, como velero en altamar buscando la bahía.

Tu sonrisa ilumina
me hace llorar
me embelesa
tu sonrisa me enamora
me grita pasión
me habla de amor
tu sonrisa me sonríe
y me llena de ti.

Media hora después ambos hablaban con frases cortas que expresaban mucho más allá que las palabras. Kuroo se había desvelado frente a él diciendo en pequeños versos lo hermoso y encantador que le parecía, y no mintió en lo absoluto cuando dijo que se sentía perdido en su mirada y anhelo en sus labios.
El pequeño ángel con una sonrisa ladina expreso abiertamente sentirse abrumado y encantado por aquellas frases dichas tan propiamente que solo quería escuchar más y más.

Escribiré un poema en tu alma,
con los trozos de tu eterna ternura
tallaré cada letra con tu lujuria,
letras estremecidas al contacto de tu piel
juntaré las palabras con tu pasión,
hasta conseguir rimar tu belleza,
y alcanzar el éxtasis de tu amor.

—Definitivamente saber como fascinar a alguien —Kuroo se sintió complacido por el cumplido que le regalaban. Quiso proseguir, pero se vio interrumpido cuando una de las meseras les aviso que dentro de poco cerrarían el lugar.
Ambos se pusieron de pie y salieron del establecimiento. El silencio reino entre los dos, las calles de Londres se sentían frías pero acogedoras a la vez, Kuroo supo que, tras estar caminando sin dirección alguna, lo habían llevado a un lugar que no estaba muy lejos de su departamento.
— ¿Puedo acompañarte a algún lugar en especifico? —Preguntó de manera educada, mientras noto que a quien hablaba no levantaba la mirada.
—No lo creo —El pequeño rubio dio varios pasos situándose delante de Kuroo, le dio la espalda y en un movimiento que mostraba nerviosismo dijo—: Huí de casa hace poco, he estado vagando en la ciudad sin rumbo fijo. —Dio media vuelta—. No hay un lugar a donde pertenezca. —Y sin decir nada más camino en el intento de alejarse.
Muy pocas veces no sabía que decir, muy pocas veces eran las que de su boca las palabras no salían con la fluidez que lo caracterizaban. Muy pocas veces conocía a un rubio, imagen misma que un ángel para hacerlo caer en la desesperación que era verlo partir sin siquiera saber su nombre.
“Espera…no…no te puedes ir”
No lo pensó más, no sabía nada de él, y ciertamente poco le importaba. Y que si había huido de casa, y que si no sabía nada de él, que si no tenía quien cuidara de él, él lo haría con gusto. Todas esas cosas ya no le importaban, solo sus labios…esos preciosos labios eran lo único que lo podía traer de nuevo a la tranquilidad que había vivido horas antes.
No dejo pasar un segundo más, corrió el tramo suficiente, tomo de la muñeca de aquel pequeño lo acerco a él y al fin pudo sentir la paz que sintió desvanecer.
“Tan dulces”
Ese rubio no se resistió, todo lo contrario, se dejó llevar en una danza de sabores que era el explorar la boca del otro. El sabor a chocolate estaba presente, ambos lo degustaron y de pronto quisieron más y más…
—Kenma —Esas fueron las palabras que salieron de sus dulces labios luego de separarse por falta de aire. Tenía las mejillas con un color similar a las rosas que habían captado su atención antes de presenciar esa misma belleza que ahora estaba entre sus brazos.
—Kuroo, ¿y quieres saber algo más? —El ángel ahora con nombre asintió, nuevamente Kuroo empezó—:

“Chocolate, chocolate”
tú que condimentas mi interior
quien podría ser superior
si nuestra pasión sabe a chocolate
y mi corazón está ya en jaque mate.

— ¿Tan importante podría ser un chico al que acabas de conocer? —Kuroo sonrió.
—Diría que es lo que he estado buscando —Aparto suavemente el cabello del rostro de su ángel—. El amor que por tanto busque, eres la situación ideal y perfecta —Beso su mejilla—. Eres la intensidad de que aquella hermosa música suave y por fin pude sentir la delicadeza de un beso junto a un sabor que es embriagante para mí.
—Si no tengo quien me cuide…
—Yo cuidare de ti —Una sonrisa amplia se asomo por esos finos labios. Sus ojos adquirieron un brillo que resplandecía con la luz de la luna—. Pero no tienes por qué llorar —Kenma solo asintió, rodeo con sus delicadas manos el cuello de Kuroo, y con una mirada basto para que Kuroo empezara de nuevo —:

En mis labios ya quedaron suspiros,
demasiados en el tiempo
para decir que son míos.
Adicción a la locura es lo que siento
que haré contigo mi….. Dulce chocolate.


Y nuevamente se besaron.


PD. Disculpen los errores, y ¡GRACIAS POR LEER!  


  • By: clxwnmxsk
  • Haikyuu!!; yaoi; boyslove; Kuroo x Kenma; anime shipps.
  • Romance; poesía, fluff. au!
  • 1996 ~ One Shot.
  • Música de ambientación sugeridaNCT 127 - Touch ♪

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