jueves

❝❞ ━: Sweet「 KuroKen 」


Las calles de Londres se habrían paso frente a él. Tan imponentes como los mismos edificios que parecían querer rosar el cielo por lo alto.
Kuroo siguió caminando. En su mente varios versos de poesía venían, y mientras caminaba a paso lento, quiso apreciar todo lo que a su alrededor veía. De repente se dio tiempo para escuchar las palabras que su mente no dejaba de repetir. ¿Esa clase de poesía, porque era tan descaradamente atractiva?
Las repitió una vez más en su mente y con un ligero movimiento de cabeza y una sonrisa en el rostro, quiso alejarlas. Siguió con paso lento, de pronto a sus fosas nasales vino el delicioso olor del chocolate recién preparado.
Se detuvo un segundo. ¿De dónde provenía tan exquisito olor?

En el camino se antoja,
para quitar el escalofrío,
una rica taza caliente,
de chocolate de barra.

Cruzando la calle una cafetería se presentaba frente a él. ‘COFFE SHOP’, una sonrisa se mostró en su rostro y dando vuelta se dirigió hacia aquel establecimiento.
La puerta se abrió y un sonido proveniente de él se escuchó, como los cascabeles que suenan en Navidad. Una vez dentro tomo asiento en una mesa perfectamente acomodada a lado del gran ventanal que daba vista a las calles de Londres.
Un suspiro salió de sus labios acompañados de una sonrisa mientras observaba el puesto de flores que había en la otra esquina paralela. Nuevamente versos de poesías vinieron a él, y con voz baja empezó a recitarlas sin apartar la vista de las rosas rojas que captaban su atención.

Y aunque con la caída del atardecer 
Todos la alegría es barrida, 
Y la rosa de los pétalos se unen como una 
Como reflejo de la luz de cualquier esfuerzo que pueda brillar a través de, 
El sol siempre lugar 
Y la rosa de los pétalos se eternamente ampliar 
Plenamente hasta que la flor en una asombrosa creación. 

—Que hermoso suena —Una suave voz lo saco de su ensoñación pensando en el rojo intenso de las rosas. Levanto la vista para disculparse y pedir un momento de privacidad.
Pero sin embargo de su garganta no salió palabra alguna, lo vista que se presentaba frente a él, era mucho más hermosa que la que tenía a través del gran ventanal. Mucho mejor.
Un muchacho de cabellera rubia, mirada dulce y labios rosas, estaba frente a él, apreciando las palabras anteriormente dichas. A Kuroo se le aceleró el corazón, era un pasatiempo realmente agradable presenciar la belleza que le ofrecía la vida. Pero solo en ese momento, solo hasta ese momento pudo verla de frente en un muchacho de rubios cabellos que brillaban con una gracia única que le brindaba la luz de esa tarde a través del gran ventanal.

— ¿Puedo sentarme? Todas las mesas ya están ocupadas. —Su voz era suave acompañado de una sonrisa tímida, y Kuroo solo pudo pensar…
“Tan dulce como un chocolate”

Con ademán decidido 
te tomé del escaparate,
pues me sentía atraído
por tu olor a chocolate.

—Claro —Vio detalladamente con que gracia aquel muchacho tomaba asiento frente a él mientras le regalaba sonrisas tímidas. Nuevamente Kuroo sintió perderse en ese hermoso par de joyas que ahora lo miraban sin pestañear.
—-Gracias por permitir que me siente aquí.
—No ha sido nada descuida —Una sonrisa se asomaba en su rostro, el muchacho se la devolvía con una timidez encantadora. Kuroo lo sabía, no se había equivocado. Esa mirada dulce solo demostraba lo dulce que también era el alma poseedora de tal belleza.
—Hace rato…esas palabras que dijiste… ¿acaso eres poeta? —La pregunta y las frases no terminadas le tomaron por sorpresa, sin embargo, no lo mostró, porque más que sorprenderse se mostró conmovido. ¿Así es como se sentía un profesor cuando su alumno se mostraba curioso por su clase?
Pues si lo fuera, se sentía realmente bien.
Las preguntas, las dudas, la curiosidad. Todo eso florecía a través de un chico rubio que parecía ser un ángel a primera vista.
“Realmente encantador.”
—Me considero más bien un romántico empedernido. ¿Gustas? —. El pequeño ángel solo asintió. Kuroo nuevamente sonrió mientras le servía una taza de chocolate caliente que ya mucho antes había pedido.
— ¿Romántico empedernido? —. Le preguntó mientras tomaba un poco del chocolate que le había servido con ambas manos con la misma dulzura de un niño de 5 años mientras susurraba “Delicioso”.
Kuroo sintió perderse en aquel movimiento, esos labios de pronto le parecieron más apetecibles que el chocolate que tenía en frente, mucho más que otras cosas. ¿A qué sabrían?
“De seguro tan exquisitos como el dueño”
Y una pequeña risita se escuchó sacándole de su ensoñación con los labios de aquel chico que ahora le regalaba una sonrisa de lo más alegre. Supo que se había quedado callada por unos segundos, y de inmediato trato de corregirlo.
—Así es, aquel que es más sensible que otras personas y está buscando siempre el amor y las situaciones ideales o perfectas —. Tomó otro sorbo de su taza y miro como aquel pequeño rubio demostraba fascinación por lo anterior dicho, así que prosiguió —: Aquel que ama la intensidad de la música suave y busca sentir la delicadeza de un beso —. Lo último lo había dicho tocando sus labios y no dejo pasar por alto que quien lo observaba expreso cierto rubor —. Eso es ser un romántico empedernido, y lo acompaño muy bien con la poesía.
—Entonces… ¿sueles expresarte mediante versos cortos, cierto? —. Kuroo asintió —. Entonces… ¿p-podrías recitar algo ahora? —.
A Kuroo le pareció la petición mas dulce que le había echo en toda su vida. Nunca había tenido problema con dedicar unos cuantos versos a las personas de su alrededor, pero que ese pequeño ángel se lo pedía con una timidez completamente inocente.
“Un alma realmente pura”

Maravilla reverencia, a la magnitud de la verdad,
de colores y sabores como el amor y libertad
asombroso a la incesante combinación
oh que memorable es tu perfección.

Y aquel pequeño puso toda su atención en él apenas empezó. Las palabras fluían de manera natural como siempre era, esta vez su vista se fijo en esas hermosas gemas y el sentido de sus versos cambio de dirección.

Cuando todo parecía, ser pura oscuridad
Tu sonrisa mostró una luz, difícil de ignorar
Una belleza infinita que en mi provocaría
Que nuevamente en mi vida me vuelva a enamorar

Dichas estar palabras supo que tal vez no hayan sido las más apropiadas, bajo su vista un tanto apenado, no quería incomodarlo.
—Lo lamento.
— ¿Por qué lo sientes?
—Tal vez me excedí en mis palabras.
—Bien dicen que los poetas solo hablan con la verdad, no deberías disculparte —Hizo una pequeña pausa—. Me pareció hermoso.
—Todo aquello que quiero expresar…—Soltó un suspiro—. Atrevido como ninguno suelo expresar lo que en el corazón siento, aunque sea difícil de creer lograste cautivarme a penas te vi —Sonrió—. Y ni siquiera se tu nombre.
—Te lo diré después, ahora solo sigue recitando para mí y por favor…no te contengas en nada.
Aquella invitación le pareció una dulce petición llena de encanto embriagador que Kuroo sabría aprovechar. Había conocido al chico hace poco, muy poco, sin embargo, todo en él le atraía, como velero en altamar buscando la bahía.

Tu sonrisa ilumina
me hace llorar
me embelesa
tu sonrisa me enamora
me grita pasión
me habla de amor
tu sonrisa me sonríe
y me llena de ti.

Media hora después ambos hablaban con frases cortas que expresaban mucho más allá que las palabras. Kuroo se había desvelado frente a él diciendo en pequeños versos lo hermoso y encantador que le parecía, y no mintió en lo absoluto cuando dijo que se sentía perdido en su mirada y anhelo en sus labios.
El pequeño ángel con una sonrisa ladina expreso abiertamente sentirse abrumado y encantado por aquellas frases dichas tan propiamente que solo quería escuchar más y más.

Escribiré un poema en tu alma,
con los trozos de tu eterna ternura
tallaré cada letra con tu lujuria,
letras estremecidas al contacto de tu piel
juntaré las palabras con tu pasión,
hasta conseguir rimar tu belleza,
y alcanzar el éxtasis de tu amor.

—Definitivamente saber como fascinar a alguien —Kuroo se sintió complacido por el cumplido que le regalaban. Quiso proseguir, pero se vio interrumpido cuando una de las meseras les aviso que dentro de poco cerrarían el lugar.
Ambos se pusieron de pie y salieron del establecimiento. El silencio reino entre los dos, las calles de Londres se sentían frías pero acogedoras a la vez, Kuroo supo que, tras estar caminando sin dirección alguna, lo habían llevado a un lugar que no estaba muy lejos de su departamento.
— ¿Puedo acompañarte a algún lugar en especifico? —Preguntó de manera educada, mientras noto que a quien hablaba no levantaba la mirada.
—No lo creo —El pequeño rubio dio varios pasos situándose delante de Kuroo, le dio la espalda y en un movimiento que mostraba nerviosismo dijo—: Huí de casa hace poco, he estado vagando en la ciudad sin rumbo fijo. —Dio media vuelta—. No hay un lugar a donde pertenezca. —Y sin decir nada más camino en el intento de alejarse.
Muy pocas veces no sabía que decir, muy pocas veces eran las que de su boca las palabras no salían con la fluidez que lo caracterizaban. Muy pocas veces conocía a un rubio, imagen misma que un ángel para hacerlo caer en la desesperación que era verlo partir sin siquiera saber su nombre.
“Espera…no…no te puedes ir”
No lo pensó más, no sabía nada de él, y ciertamente poco le importaba. Y que si había huido de casa, y que si no sabía nada de él, que si no tenía quien cuidara de él, él lo haría con gusto. Todas esas cosas ya no le importaban, solo sus labios…esos preciosos labios eran lo único que lo podía traer de nuevo a la tranquilidad que había vivido horas antes.
No dejo pasar un segundo más, corrió el tramo suficiente, tomo de la muñeca de aquel pequeño lo acerco a él y al fin pudo sentir la paz que sintió desvanecer.
“Tan dulces”
Ese rubio no se resistió, todo lo contrario, se dejó llevar en una danza de sabores que era el explorar la boca del otro. El sabor a chocolate estaba presente, ambos lo degustaron y de pronto quisieron más y más…
—Kenma —Esas fueron las palabras que salieron de sus dulces labios luego de separarse por falta de aire. Tenía las mejillas con un color similar a las rosas que habían captado su atención antes de presenciar esa misma belleza que ahora estaba entre sus brazos.
—Kuroo, ¿y quieres saber algo más? —El ángel ahora con nombre asintió, nuevamente Kuroo empezó—:

“Chocolate, chocolate”
tú que condimentas mi interior
quien podría ser superior
si nuestra pasión sabe a chocolate
y mi corazón está ya en jaque mate.

— ¿Tan importante podría ser un chico al que acabas de conocer? —Kuroo sonrió.
—Diría que es lo que he estado buscando —Aparto suavemente el cabello del rostro de su ángel—. El amor que por tanto busque, eres la situación ideal y perfecta —Beso su mejilla—. Eres la intensidad de que aquella hermosa música suave y por fin pude sentir la delicadeza de un beso junto a un sabor que es embriagante para mí.
—Si no tengo quien me cuide…
—Yo cuidare de ti —Una sonrisa amplia se asomo por esos finos labios. Sus ojos adquirieron un brillo que resplandecía con la luz de la luna—. Pero no tienes por qué llorar —Kenma solo asintió, rodeo con sus delicadas manos el cuello de Kuroo, y con una mirada basto para que Kuroo empezara de nuevo —:

En mis labios ya quedaron suspiros,
demasiados en el tiempo
para decir que son míos.
Adicción a la locura es lo que siento
que haré contigo mi….. Dulce chocolate.


Y nuevamente se besaron.


PD. Disculpen los errores, y ¡GRACIAS POR LEER!  


  • By: clxwnmxsk
  • Haikyuu!!; yaoi; boyslove; Kuroo x Kenma; anime shipps.
  • Romance; poesía, fluff. au!
  • 1996 ~ One Shot.
  • Música de ambientación sugeridaNCT 127 - Touch ♪

lunes

❝❞ ━: 物の哀れ「 Boys Love 」

物の哀れ (Mono no Aware) = Una sensibilidad a lo efímero.

(!) Esta historia no tiene una pareja determinada en especial, esta libre para prestarse a la pareja y/o personajes que el lector desee al momento de leer e imaginar. ¡Espero que os guste! 

Hace no más de un año y medio, pude darme cuenta que no todo estaba bien. Todo ser humano esta específicamente ‘programado’ para sentir toda clase de sentimientos, y también para que estos afloren de manera natural.
Comenzó con una pregunta inocente. Luego se convirtió en una duda. Y para el día de hoy es como algo que espero que suceda, y que ansió a saber cómo será. O al menos saber qué es lo que lo causara.
‘¿Por qué hasta el día de hoy no te he visto llorar?’no sabía que responderle, ni yo mismo me había dado cuenta cuando fue la última vez que llore.
Eso es porque simplemente no me gusta hacerlo No estaba mintiendo, era la pura verdad, no me gustaba llorar.
Todas las personas tienen que llorar, es una manera de desahogarse. ¿Por qué no llorar?
— ¿Prefieres verme llorar que sonreír?  mi respuesta pareció causarle gracia.
Por favor, son pocas veces las que te he visto sonreír. Incluso puedo llegar a contarlas. Fueron…tres…no… ¡cinco! ¡Cinco veces fueron las que te vi sonreír! Y mira que fui atento, no se me paso ninguna.
¿Incluso las contaste? ¿Qué acaso me espías todo el tiempo?un leve rubor apareció en sus mejillas, se veía adorable.
N-no…no es eso…es solo…tenia curiosidad…es todo… ¡no malinterpretes! cogió su mochila del suelo y se fue corriendo.
¿Cómo se describe un sentimiento? ¿Cómo puedo llegar a saber todo lo que siento? Era verdad cuando dijo que no era de las personas más carismáticas del mundo, realmente era muy pocas las veces en las que sonreía, y ni siquiera – por más tonto que suene – sabía por qué.
No sabía porque sonreír ¿Cuál era su motivo? ¿Porque reír? No sabía la respuesta, aunque en realidad no tenía interés en ello.
Si el caso seria, de que sonreír tuviera una razón. Significa que llorar también la tiene. ¿Pero entonces cuál es? Una vez me dijeron que era cuando tenías miedo. ¿Miedo a que? Hubiera preguntado más específico cual sería el miedo en sí. Pero no lo hice.
Curiosidad…tal vez eso era lo que más me faltaba. Definí en mi cabeza todo un marco genealógico de saber cuál era la razón de todo sentimiento. Todo se debió a una pregunta que yo mismo me hice, y que muchos me dijeron como un cumplido.
‘Eres una persona muy fría’
Simplemente no le daba importancia a esa clase de comentarios. Porque simplemente no me llamaba la atención responder esa de comentarios, en mi opinión no valían la pena.
Hasta que él llegó y cambio todo.
No sabía ni cómo ni cuándo esa persona se convirtió en algo poco ‘usual’ para mí. Tal vez se debía a que todo en él, era un misterio para mí. Era un profundo deseo de saber más y más de aquella persona. Querer escuchar su voz, de saber de dónde venía, de querer ver cada gesto, cada acción que hiciera.
Esa persona que, sin saber su nombre, hizo que despertara en mi algo con lo que no contaba mucho. Curiosidad.
La primera vez que lo vi fue en el cuarto año de preparatoria. Hasta entonces mi vida seguía siendo monótona e incluso aburrida. Las personas a mí alrededor se veían tan felices, pero más que felicidad, de lo que yo más me percataba era de una genuina hipocresía.
Es cierto, se veían felices, pero no parecía real. Fácilmente lo compararía con un cristal, al más mínimo roce, se rompe. Así era como lo veía.
No es que yo fuera pesimista – porque ya varias personas me lo habían dicho – era más que eso.  
Era que yo tenía la capacidad para afrontar las cosas, por más buenas o malas que sean, directamente. Yo era capaz de decidir qué hacer, y que no.
Si, sabia enfrentar todo tipo de situaciones que la vida me ponía. No lo veía muy complicado, solo lo analizaba bien, tal cual si fuera un caso de matemática. Sin embargo, esa tarde no pude.
No supe cómo enfrentarme a él.
El será el nuevo de intercambio, viene de otro país, así que trátenlo bien las instrucciones del Director fueron claras. Con decir ‘trátenlo bien’ era un aviso claro para aquellos que disfrutaban haciendo bromas a los más inocentes, en especial a los rocíen llegados.
Buenas tardes a todos. Mi nombre es… antes de que pudiera mencionar su nombre, la profesora corrió directo a un estudiante del salón, que sin saber cómo había caído de su asiento inconsciente.
Esa misma tarde en el camino a casa, solo pensaba en dos cosas. Sus ojos y su voz. A pesar de que los tenia de un color oscuro, se podía ver que eran claros y transparentes, en el sentido de que daban la idea de que él era tan puro. Y su voz solo denotaba inocencia evidente.
El no saber su nombre, a ese paso no me molesto del todo, prefería no saber. De esa manera, y solo de esa manera él podría conservar el encanto de la duda sobre mí. De esa manera me causaría más interés, y hasta quien sabe, podría empezar un nuevo sentimiento.
Los días transcurrieron, y todo parecía normal. Ya se habían cumplido exactamente cuatro días desde la llegada del nuevo alumno.
Seguía sin saber su nombre. Sin embargo, lo prefería de esa manera, seguía conservando el encanto.
Él nunca noto que había muchas oportunidades en las que se quedaba, como musa frente al artista, tan tranquilo y hermoso. Oportunidades que yo aprovechaba con gusto para poder grabar en mi mente cada rasgo distintivo en él. Se había vuelto un pasatiempo mío, el siempre observarlo.
Nunca lo noto.
El quedarme cada noche, parado en mi balcón, viendo la luna en medio de una noche azul, tan azul como el mar, se había convertido en una afición.
Nunca imaginé que realmente podía aferrarme a algo, sin embargo, lo hice. Sin darme cuenta, esa curiosidad que antes consideraba como un encanto puro, ahora lo veía como algo que simplemente no podía dejar de apreciar. Había pasado las barreras de la duda, de saber quién era, de donde venía, que pensaba, a pasar a una de querer escuchar su voz, de querer tener sobre aquellos ojos tan oscuros y claros a la vez.
Lunes por la mañana y una lluvia caía sobre toda la ciudad, las primeras horas se cancelaron, debido a que eran de gimnasia y el profesor no quiso arriesgarse a que alguien quedara enfermo.
Tomé mis cosas y con paso lento fui al campo de fútbol, me senté en los asientos del público, no había problema ya que tenían sobre ella todo un toldo que cubría todos los asientos. Saqué mi cuaderno y empecé a dibujar lo primero que se me vino a la mente.
Un trazo, dos trazos, cada vez empezaban a tomar forma, yo solo me concentraba en terminar lo que empecé.
Que hermoso un suave susurro se escuchó tras de mí. De inmediato di vuelta.
Siempre había considerado la idea de que toda emoción partía de otra. Podría decir que si uno tenía miedo, entonces por ende también tendría asombro.
Quedé sorprendido cuando lo vi frente a mí, entonces tenía… ¿miedo?
Es muy bonito ¿tú lo hiciste? pocas veces habían sido las que no sabía cómo responder, eso era porque prefería meditar bien lo que iba a decir. Pero en ese momento no sabía que decir, porque simplemente no tenía idea de que decir. Durante mucho tiempo había imaginado el momento de poder escuchar su voz, pero jamás pensé que sería de esta manera.
Sí, yo lo hice Después me di cuenta de que mi voz había sonado muy dura. Eso sería motivo suficiente para que se marchara desilusionado por no entablar una simple conversación.
Pero no lo hizo.
¿Pintas desde hace mucho? Sin previo aviso, tomo asiento junto a mí, de cerca miraba con detenimiento el dibujo que tenía en mi mano.
Hace poco, para ser más exactos empecé hace unas dos semanas Tal vez fue mi imaginación, y no me culparía ya que tengo mucha, pero pude ver en sus ojos un cierto brillo del cual no me había fijado antes.
¿Hace dos semanas? Asentí tranquilo ¡No puede ser! lo vi de frente, sus ojos, sus labios, todo en el denotaba asombro puro. Yo seguía sin entender.
¿Qué no puede ser?
¡No puede ser que hayas empezado hace dos semanas, y ya dibujes como todo un artista! Tales palabras me tomaron de improviso, mire mi dibujo con detenimiento. Los trazos estaban bien definidos, las sombras aplicadas hacían un buen contraste con todo el dibujo en general.
No lo consideraba una obra de arte digna de admirar. Solo lo veía como un dibujo bien elaborado. Cada cosa que hacía, me gustaba hacerlo bien. Lo admito, era perfeccionista, solo eso, querer que todo esté bien hecho.
¿Por qué el asombro? ¿No es normal que las personas dibujen de esta manera?De nuevo esa expresión, al parecer se le daba bien el quedar impactado.
¿Preguntas si es normal? Bueno, tal vez lo sea, pero son en raras ocasiones...las personas no suelen adquirir tal talento de la nada.
¿Talento?él solo asintió.
La conversación se volvió natural y espontánea, empezó con sus halagos hacia mi dibujo y después
hacia mi persona. Termino con preguntas triviales acerca de nuestras vidas. Los minutos transcurrieron, pero al parecer yo los sentía como si fueran segundos.
Segundos en los cuales, pude aclarar toda esa curiosidad que guardaba en mí. Dudas que pensé que nunca podría aclarar. Ese día calme toda mi curiosidad.
Pero no perdió el encanto.
Porque después de todo, no supe su nombre, ni él el mío. Ese día se cumplió tres meses desde que llego.
De nuevo los días transcurrían con tal naturalidad, una tranquilidad que difícilmente seria perturbada. Lo único nuevo y espontaneo que había adquirido mi vida, había sido una petición. Una dulce petición.
¿Te puedo pedir un favor? Mire a mi derecha, ese lugar en menos de dos días había sido tomado por una persona para compartir conmigo el camino a casa.
Dime Bajo la vista para que no percatara del leve rubor que habían tomado sus mejillas. El solo me devolvió la mirada tímida.
¿Puedes…puedes tu… con una leve inclinación de cabeza por parte mía, lo incentive a continuar ¿Puedes dibujar para mí?... Por favor.
Me pare en seco al escuchar sus palabras, las medite una a una para no sentir que había escuchado mal. Él me estaba pidiendo ¿Qué dibuje para él? Tal vez el quedar impactado no solo era común en él, ya que así me sentía en esos momentos.
¿Quieres que dibuje para ti? Esperaba una respuesta afirmativa, o solo un asentimiento con su cabeza, incluso espere que se retractara. Nunca me espera algo como eso.
El solo giro lentamente dándome la espalda. Pensé que se iría, y solo aguarde por eso. Dio unos dos pasos hacia el frente, realmente se estaba yendo, y no pensaba detenerlo.
Un paso más.
Agache mi cabeza. Por alguna razón me sentía decaído.
Un paso más.
No lo alcance a ver, sin embargo, lo note. Antes de dar el siguiente paso, dio una vuelta hacia mi dirección. No lo prevé, pero en un segundo, tal vez en menos tiempo, se lanzó sobre mí, y sin que pudiera responder sentí un calor en mi rostro, para ser más específicos en mis labios.
Me había besado.
Si bien sabía que podía llegar a ser muy curioso. Ahora sabía que se sentía estar completamente en paz. Sin preocupaciones, angustias, tristezas e incluso alegrías. Solo paz. No sentir nada sobre ti como un peso extra, sentirse tan liviano como una pluma; una pluma que podía dejarse llevar por el viento sin ver donde aterrizara.
Eso sentí al contacto con sus labios.
Ese día se habían cumplido cinco meses desde que llego.
Llegar a quedar en blanco, era algo que pensé que no me pasaría. Siempre fui muy calculador en cada movimiento que hacía, por esa misma razón era el primer puesto de la clase, e incluso de toda la preparatoria.
Ese día fue diferente.
Mis días pasaron de ser monótonos y aburridos, a ser llenos de alegría y emociones que podían cambiar cada cinco segundos. No era broma cuando decía que podía llegar a ser desesperante y tierno a la vez, o de ser alguien feliz a verse como la persona más desdichada del mundo. Todo eso lo causaba él.
¿Por qué fueron las pocas veces que te vi sonreír? La pregunta había salido de la nada, sin embargo, la medite un segundo.
Prefiero ahorrarme el placer Seguí caminando dejándolo atrás con la boca abierta debido a mi respuesta. No paso ni un segundo para que me alcanzara.
¡Espera! ¿Placer? ¿De qué placer hablas?Sus ojos estaban llenos de curiosidad, me sentí complacido, jamás me cansaría de causar esa expresión en su rostro.
El placer que sienten las personas al ver sonrisa como la mía Hizo un tierno puchero que no pase por desapercibido. Antes de que pudiera mencionar palabra, calle sus labios con un beso por parte mía.
Ya habían sido seis meses desde que llego, ya a ese tiempo era capaz de besarlo sin ningún problema. Habíamos entablado una relación que era más que una amistad, y sin necesidad de una declaración éramos una pareja poco usual.
Siempre haces lo mismo Su ‘enojo’ a mi parecer era lo más tierno que podía ver en la vida ¿Y sabes que es lo peor?Negué a su pregunta Qué no puedo ni molestarme contigo por eso.
Entonces puedo hacerlo cuando quiera. ¿Verdad? El solo asintió avergonzado.
Las noches en las que mi vieja afición había tomado lugar en el balcón de mi habitación, ahora eran noches en las que disfrutaba de la luz de la luna y recitaba versos mirándola a esta imaginando unos hermosos ojos. Ojos que solo me miraban a mí.
Las mañanas siempre solían ser unas hermosas casualidades, cuando al dar la vuelta en la siguiente esquina antes de la Estación Central, un rostro familiar se acercaba y me recibía con un fuerte abrazo acompañado de un dulce beso.
Solo bastaron seis meses. Seis meses me hicieron darme cuenta de que al igual que los demás podía llegar a experimentar un sinfín de emociones. Que podía sentir alegría con solo ver a esa persona. Tristeza al verlo partir a un lugar que aún no puedo acompañarlo. Angustia al no saber de él por un día entero. Y el favorito de él, celos si llego a verlo con otro chico. ¿Era eso estar enamorado? Pues si es lo es, entonces lo estaba.
Solo bastaron seis meses para que me enseñara que no todo en la vida se basaba en una actitud seria y una mirada fría.
Era feliz, y podía admitir libremente lo que sentía. Aunque seguía sin ser usual en mí el no sonreírles a todos, al menos lo hacía con él. Eso era suficiente, mi alegría la causaba él, y solo a él quería sonreírle de esa manera.
Ocho meses. Después de poder decir fervientemente que me había enamorado, aún faltaba un pequeño detalle.
Decirle lo que siento.
La verdad es que ninguno de los dos habíamos tenido la oportunidad de decir lo que sentíamos el uno por el otro. Nunca nos habíamos confesado, y por si fuera poco tampoco sabíamos nuestros nombres.
Una vez intente que él supiera el mío, pero dijo que prefería llamarme de otra manera, y que igual que él, no tendría por qué llamarlo por su nombre. Por ese mismo motivo su encanto perduraba.
Al inicio me causo un poco de gracia no llamarlo por su nombre, pero al comprender que eso significaba mucho para mí – al igual que para él -, no me molesto del todo, y eso lo descubrí a los diez meses.
Llegaste hace mucho, y aún no se tu nombre.
Eso es porque lo prefiero de esa manera. Por eso mismo me las arregle para que nadie en la preparatoria me llamaran por mi nombre, nadie sabe de mí solo tú, y realmente me gusta. Todos piensan que lo hago para impresionar, y no saben el verdadero motivo.
Pues conmigo lo hiciste Me miro curioso Lograste impresionarme al no saber cómo… De nuevo me callo con un beso, sonreí sobre sus labios, puse una mano en su nuca y profundicé el beso.
Supe que jamás me cansaría de aquello. Que en toda mi vida no quería probar otros labios que no fueran los de él.
Tengo algo que decirte Nos separamos de a poco. Era el momento, el momento en el cual le diría algo que no me atrevería decirle a alguien más.
Yo también tengo algo que decirte. Pero tu primero Tal vez había sido demasiada mi emoción, que no pude notar que de un momento a otro el tono de su voz había cambiado. Debí notarlo.
¿Seguro? Estoy bien si tú lo dices primero.
“Te amo”
De acuerdo suspiró De todas maneras, tendrías que saberlo y fue culpa mía el no prever esto bajo la mirada y miro hacia otro lado Me enamore de ti y no sabes cuánto lo siento… sus lágrimas aparecieron, y yo me quede frío.
En la vida había sido muy meticuloso, pero nunca pensé que dejar pasar algo que pareciera insignificante fuera causa de tanto dolor. Ahora lo tengo claro.
No todo en la vida es felicidad. No todo siempre es color de rosa.
Disculparse era algo que simplemente nunca lo hice, nunca hubo necesidad, no tenía por qué hacerlo, y ni siquiera sabía porque tendría que hacerlo. Eran en pocas oportunidades en las que me veía en la necesidad de tener que decir ‘Disculpe’ o ‘Lo siento’, pero eso solo era por simple cortesía, nada más.
Entonces… ¿Por qué se estaba disculpando? ¿Por haberse enamorado? ¿Haberse enamorado de la misma manera en la que lo hice yo?
Era la primera vez que le abría mi corazón a alguien, ¿Y él con esa disculpa me estaba diciendo que fue un error?
¿Lo sientes? ¿Qué es lo que sientes?con las mangas de su polo limpio sus lágrimas, pero no me miro.
Siento todo. La verdad es… me iré a Inglaterra la semana que viene sentí que mi corazón se detuvo al escuchar tales palabras, todo a mi alrededor dejo de moverse, era imposible Mi padre fue trasladado a trabajar allí Sin previo aviso, de su bolsillo saco un sobre y me lo arrojo.
¿Qué es esto?
Los pasajes de avión…me voy mañana de nuevo empezó a llorar, se veía frágil, pero no me convenció, estaba demasiado perdido para no poder ver más allá de esas lágrimas.
Entiendo ni yo mismo pude notarlo, pero ahora lo veo. Alguien es capaz de cambiarlo todo en una persona, y también es capaz de volver a ponerlo en su sitio.
No es lo que piensas sus ojos cristalizados brillaron bajo la luz de la luna. Una luna que había sido testigo de grandes momentos en mi vida que me costó construir, y que ahora solo era destruido por un par de palabras de verdad…no voy hacerlo…no te permitiré hacerlo…yo no quiero que esto acabe…de verdad quiero luchar…
¿Entonces porque disculparse? ¿Lo sientes enserio o simplemente lloras descaradamente?
Volveré…te lo prometo…solo quiero que tu…
¿Esperarte? Solté una risa irónica ¿Valdría la pena?No paro de llorar—. Solo si valdrá la pena…entonces lo haré. Te esperare.
Esa noche su rostro demostró todo aquello que una vez no pudo decirme, lo sentía y yo también. El tiempo no perdona, pero el corazón sí. Y yo lo perdone, al igual que él a mí.
Nueve meses, y él se marchó. Como cuando las olas regresan al mar, pero no lloré. Realmente quería, pero no lo hice; si lo hacía significaba que todo había terminado, y no quería. Me negaba rotundamente a la idea de que no volvería.
Solo quería llorar, pero no podía…realmente no podía. 

PD. Disculpen los errores, y ¡GRACIAS POR LEER!  


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  • 3338 ~ one shot.
  • Música de ambientación sugerida: Billie Eilish - i love you ♪



 

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