miércoles
❝❞ —: Con la voz de un mudo y mente de delator…
Fueron tantas historias por contar y
tantas preguntas por responder. Fueron tantas decisiones por tomar y tantas
heridas por curar. Fueron tantas canciones para cantar y tantas poesías por
recitar. Fueron tantas letras por escribir y tantos libros por leer. Fueron
tantas cosas que pudieron ser y al final nunca fueron…
La habitación estaba vacía y las miles
de personas allí sonreían con falsedad. La dificultad de unos pensamientos
pesimistas embauco lo que para muchos era importante y cuando los gritos empezaron
a ser emitidos nadie presto atención a quien con el alma hecha pedazos escupía
lo poco que de su corazón quedaba.
Siempre fue difícil sentir como siento
porque lo que sentía nadie lo comprendía o hacía un mínimo intento. Decidido un
día desperté con ánimos de comerme el mundo y este mundo fue tan rencoroso en
su esplendor que dejo ser devorado poniéndose a mis pies, sorpresa gritaron
todos y mande a callarlos de un solo sopetón. Inmundicia y avaricia, predominan
en lo que contamina por dentro y causa placer externo.
Masoquismo y más masoquismo.
¿Por qué seguí sufriendo si un día
decidí sonreír aún con una venda en los ojos y espinas en mi pecho? ¿Por qué la
habitación sigue pareciendo vacía a pesar de la gente que me rodea? ¿Por qué
sigo gritando si mi garganta esta tan seca como un propio desierto?
Deseos le conté a la luna y esta lloro
y replico miles de veces demostrando furor y temor por quien con sangre en las
manos balbuceaba palabras con dolor y dibujaba sombras en su interior.
Lo que a mis pies se encontraba era
más de la realidad que ofrecía el mundo y mostraba un universo tan catastrófico
que verlo me produjo ardor; era mi mente un laberinto que con pincel propio
decidió cincelar desgracias que acataba sin pudor. Ese mundo que se alzo frente
a todos lleno de esplendor y orgullo se mostraba como un vagabundo a lado de
aquel universo que coloreaba tristezas y le quitaba las palabras a aquellos que
deseaban callar y pensar…solo pensar.
“¿Cuántas injurias más podre hacer en tu nombre?”
—Mi
desgracia y tú desgracia — ¿Pero a quien le
hablaba? — ¿Responsable de
penurias quieres? —no me atreví a replicar—. Miraste al espejo si aún así lo
quieres…
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Unas simples palabras...
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